Este año, el aniversario de la proclamación de la Segunda República llegó a la Región de Murcia por la puerta de atrás. La salida más fácil sería justificar el desmoronamiento del movimiento republicano en base a su coincidencia con la Semana Santa, pero siendo realistas, ocupan espacios distintos. Si bien hace unos años este día lograba aglutinar, al menos en la ciudad de Murcia, a cientos de personas, la pandemia y las nuevas capitulaciones de la socialdemocracia abanderada por Unidas Podemos, que pierden más apoyos día tras día, han derivado en que el 14 de abril se convierta en un día de añoranza, extinto de lucha, que pasa desapercibido entre las grandes masas.

Ante esta situación, solo queda replegarse e intentar sacar músculo de cara a la galería. El folclore ha quedado como el único elemento aglutinador capaz de desplegar un puñado de banderas tricolores en Madrid, a modo de una competición absurda —esto no es una crítica al uso de banderas, ni mucho menos, pero sí a aquellas organizaciones que están más preocupados de la estética que del contenido—. Cada vez son más espacios los que se muestran incapaces de organizar una mísera concentración fuera de la capital. El movimiento comunista, tal y como señalábamos en nuestro primer número del Hilo Rojo, está en banca rota y reconstituirlo es la principal tarea de todos los revolucionarios.

Desde Viento del Pueblo queremos destacar dos actos que tuvieron lugar este año en nuestra Región. Conscientes y en consonancia con el primer párrafo,  hacemos caso omiso de las actividades organizadas por la socialdemocracia que intenta ensalzar el 14 de abril como un día de memoria histórica. Por un lado, en Huertolab (Santa Eulalia), enmarcado en un homenaje al poeta comunista y antifascista Miguel Hernández, tuvo lugar la presentación de nuestro diario. El desarrollo del acto, desde nuestra perspectiva, fue un éxito. De forma imprevista, pues esperábamos algo más “íntimo”, se presentaron alrededor de 45 personas que, además de participar mediante la lectura de poemas en el homenaje al poeta, acogieron con un caluroso aplauso la presentación del diario. El evento duró una hora y media aproximadamente, y tras ello, se realizó una marcha hacia la Cárcel Vieja para una concentración por la República Socialista.

Hacemos un inciso en esta crónica para resaltar la importancia del mensaje presentado en la concentración: “Construyamos la República Socialista”. Una de las desviaciones más notorias del movimiento comunista en el Estado español es la reivindicación de la Segunda República como una meta a alcanzar en forma de Tercera. Y es que, si bien la República trajo importantes avances para las clases populares con respecto a la dictadura de Primo de Rivera, la realidad es que a día de hoy ninguna república burguesa sería capaz de ofrecer un salto cualitativo para los trabajadores de nuestro país. Pero esta no es la única desviación, por el polo opuesto encontramos a quienes pretenden enterrar cualquier significación de la Segunda República bajo el pretexto de su carácter burgués, a la vez que reivindican figuras como José Díaz o Gueorgi Dimitrov, cabezas artífices de la estrategia comunista antifascista en nuestro país y a nivel internacional respectivamente. Ni el derechismo republicano presentado por elementos más tibios del movimiento, ni el izquierdismo que lanza piedras contra su propio tejado y se muestra incapaz de aprender de la historia, son elementos sobre los que construir el Partido Comunista y organizar la Revolución.

Volviendo a la crónica, la concentración junto a la cárcel vieja se desarrolló sin ningún inconveniente. Algunas personas mostraron su apoyo apretando la bocina de sus coches mientras se apresuraban a mostrar su puño en alto. Otras detuvieron sus trayectos para dar las gracias por su organización en los tiempos que corren. Tras casi una hora de cánticos tales como “ni reyes, ni princesas, ni repúblicas burguesas” o “monarquía y capital alianza criminal”, fue la Internacional Comunista la que, sonando frente a la puerta de una cárcel donde se reprimió a tantos revolucionarios, puso fin a la concentración.

Por último, señalar que los organizadores tanto del homenaje a Miguel Hernández, como de la concentración, fueron Iniciativa Comunista y el Partido Comunista de los Pueblos de España. También destacar a Huertolab, un espacio vecinal autogestionado que siempre se ha mostrado dispuesto a abrir sus puertas ante una causa justa.

 

Bruno Daimiel