Fotografía realizada por Javi Shelby
Rokavieja nace en 2012 en Yecla con la ilusión y el propósito de expandir sus ideales de «lucha, resistencia e inconformismo contra el orden establecido» mediante la música, pasión de todos los integrantes de la banda. Cargados de ritmos que mezclan desde el Ska al Rock, pasando por el Swing, Soul, Surf o Reggae. En el largo viaje musical que han recorrido hasta ahora, la banda ha añadido a su maleta un sinfín de influencias y ritmos, huyendo de un estilo puro y optando por la fusión musical. En 2014 graban su primer disco «Bienvenido a mi Movida». Es en 2016 cuando ve la luz «La Ciudad del Pecado», el segundo trabajo de la banda con una estructura más sólida que el primer disco, otorgando una perspectiva clara de hacia donde quieren dirigir su música y su personalidad como banda. Tras mucho esfuerzo, barreras y adversidades superadas, llega el disco más esperado de la banda: «La Espiral». Tres años de trabajo que ven la luz en 2019 y que, como ya se anunciaba, con una más que evidentemente apreciable evolución artística, tanto en estilo, como arreglos, melodías, letras y calidad de sonido [1]. Hasta la actualidad han seguido dando conciertos y componiendo algunos singles como «Vuelven las Risas», grabado desde la distancia en plena pandemia, «Fugitivos», «La Rosa Negra» o, su última canción, «Antisistema». Finalmente, la banda se despidió con su último concierto en el escenario principal de la feria de Yecla en septiembre de 2023.
VdP. ¿Cuáles fueron vuestros comienzos? ¿Qué os llevo a organizaros como grupo?
RKV. Nuestros comienzos se remontan allá por 2012, estábamos todos un poco parados con nuestros proyectos que llevábamos por aquellos entonces: uno con El Perro de Punky Bruster, otros con los Ákaros, otros con Parranda Sound… y pues dio la casualidad de que acabamos juntándonos todos en el local de ensayo y poco a poco empezamos a hacer música y cada vez le fuimos cogiendo más ganas y haciendo cosillas nuevas y así nació Rokavieja.
VdP. Para nuestros lectores que no los conozcan estás nombrando grupos que existían en Yecla antes, pero que no estaban terminando de funcionar ¿no?
RKV. Eran grupetes que, lo típico, tampoco nos molestábamos en buscar conciertos fuera del pueblo y en intentar llegar a algo más. Nos conformábamos con tocar 5 o 6 veces aquí y ya está. Quizá eso fue lo que hizo que tampoco nos motivase tanto y se acabara quedando en nada. Ya más tarde con Rokavieja sí que intentamos dar un paso más, trabajar bien la música y llegar a más rincones.
VdP. ¿«Rokavieja» siempre ha sido vuestro nombre desde el principio?
RKV. Qué va, le pusimos Ropavieja en principio. ¿Por qué? Porque le salió de los huevos a los vientos en aquel momento. La cosa es que nos salió un concierto, antes de que ni siquiera fuéramos un grupo como tal, en el pueblo de un amigo y surgió la necesidad de tener que poner un nombre. En principio, empiezas a hacer una batería de nombres, salen un montón y había que ponerse de acuerdo. Por aquellos entonces éramos nueve músicos. Al final el tiempo se nos echaba encima, la organización del evento nos pedía un nombre para poner en el cartel y los vientos eligieron ese y así se quedó.
¿Qué pasa? Que más tarde nos llegó, cuando ya estaba grabado nuestro primer disco y ya teníamos redes sociales, una queja de los auténticos Ropavieja que habían registrado el nombre y nos pidieron amablemente que lo cambiásemos. Entonces nos tocaba buscar de nuevo otro nombre entre los nueve músicos. Como no queríamos atrasarlo decidimos que lo mejor era cambiarle una única letra para poder sacar el disco a tiempo y no demorarlo más. De ahí que finalmente adoptáramos el nombre de Rokavieja.
VdP. ¿Cómo se desenvuelve la vida en el entorno laboral de la música? ¿Qué dificultades habéis encontrado que más os hayan repercutido?
RKV. La música de todos los sectores realmente está muy copada. Aquí las cuatro empresas promotoras que llevan a los principales grupos son las que se reparten el bacalao. Al final te das cuenta de que todos los festivales los tienen prácticamente los mismos grupos, que no hay apenas diferencia entre uno y otro. Para todas las bandas emergentes es un verdadero quebradero de cabeza intentar colarse en esos festivales, aunque solo sea para tocar los últimos o los primeros o a la vez que el mejor grupo. Hasta coger uno de los peores cachos de carroña de esos festivales es difícil. Y eso se te viene siempre encima, es decir, con lo que te esfuerzas, con lo que luchas por intentar salir adelante y como el sistema o como está montado te da una patada para atrás. Al final también es el público el que decide si gustas o no, pero es verdad que está muy difícil, aunque puedas tener al público de tu parte, si no curras de más, tienes suerte o enchufe no consigues nada.
A nosotros lo que más nos ha dificultado es que llegamos en un momento en el que ya estaban las redes sociales a tope. Por un lado, es lo mejor que le ha podido pasar a algunos grupos por el hecho de poderse hacer publicidad gratis, pero, por el contrario, nosotros somos de otra escuela y teníamos la posibilidad de vendernos gratis y nunca hemos sabido ni hemos mostrado interés por aprenderlo. Por otro lado, está, por supuesto, el tema económico: lo que cuesta ganar cuatro perras en un concierto que te ayuden a seguir adelante. En estos últimos años lo hemos conseguido más o menos, pero hasta hace poco un concierto era un hobby, como el que le gusta irse a jugar al golf.
VdP. Siempre os habéis considerado una banda que nació con el fin de utilizar la música como manera de expresar sus reivindicaciones sociales ¿habéis seguido manteniendo ese espíritu hasta el final?
RKV. Yo creo que sí, claro. Al final es de donde veníamos: gran parte de la banda venía de hacer punk aquí en el pueblo y siempre hemos tenido ese sentimiento de reivindicar y de ir un poco en contra de lo establecido. También los círculos que nos rodean son muy del palo y al final una cosa lleva a otra y sigue siendo nuestra esencia y nuestra forma de ser.
VdP. Por ejemplo, ¿qué queríais transmitir con la canción de «Bosa»?
Pues queríamos, sobre todo, poner una crítica como se trata a la inmigración realmente, por parte de Europa en este caso, pero por parte del mundo entero también. Estamos muy en contra del tratamiento que se les da. Esta canción habla del tratamiento que se les da en los CIEs, que no dejan de ser cárceles; huyen de un infierno para acabar aquí en una cárcel donde la policía tiene tratos vejatorios y, además, todos lo sabemos. Nos influenciaron también las imágenes que empezaron a llegar sobre la valla de Melilla y cómo se trataba a las personas que intentaban cruzar. A partir de ello, creamos la historia que se narra en la canción para transmitir este mensaje.
VdP. Hubo un incidente que marcó un antes y un después en la banda y del que surgió la canción de «Nos persiguen», ¿podríais hablarnos de ello? ¿Qué objetivo perseguíais con la canción?
RKV. Lo que pasó fue que hubo un concierto en el que el público se puso a encender bengalas y la policía tuvo una mala intervención pues sacaron a palos a un muchacho. Nosotros quizás tuvimos la mala pata de decir en alto mucha policía, poca diversión. Eso se ve que le irritó alguno de los policías que estaban ahí trabajando y nos llegó la sanción. Sin embargo, eso nos motivó para escribir una canción y denunciarlo. Realmente lo que queríamos era aprovechar la ocasión para sacar una nueva canción y nos salió pegadiza y, de hecho, se convirtió prácticamente en nuestro hit, todavía lo es hoy, la que ha puesto el punto final a muchos de los conciertos.
VdP. ¿Podéis hablarnos sobre el mensaje de la canción «Qué Calor» y contarnos por qué fue realizada? ¿Qué tal fue la experiencia de trabajar en el videoclip junto a los vecinos de Yecla y la plataforma «Salvemos el Arabí»?
RKV. Nosotros siempre nos hemos considerado gente con mucha conciencia climática. Sufrimos mucho por las noticias y por cómo se actúa de todos los ámbitos, que no se hace nada. Y ves cómo vienen aquí todos los «regantes» de la zona de Cartagena y el Mar Menor a hacer lo mismo que han hecho allí: reventar el suelo. Esto fue lo que nos inspiró para hacer esta canción.
Los políticos, que son quizás los únicos que puedan hacer algo, aunque también están las esferas más altas como la Confederación Hidrográfica del Segura, no hacen absolutamente nada. Vimos que podía ser importante ya que era un tema propio del pueblo y que existía la plataforma de Salvemos el Arabí. También pensamos que de esta manera se podría hacer un videoclip que tuviera tirón por el mensaje que ofrece.
La verdad es que no podíamos imaginar la cantidad de gente que participó en la grabación del videoclip. Pusimos la quedada en las redes sociales y algunos nos fueron hablando, pero no teníamos ni idea del número de personas que iban a acudir. Todo fue genial, la gente que acudió se comportó estupendamente y la plataforma de Salvemos el Arabí son gente muy seria y están muy organizados y dispuestos a todo para difundir su mensaje. Además, acababa de realizarse hace poco la manifestación contra las macrogranjas y ahora tocaba defender los cultivos y el suelo ya que en Yecla tenemos el problema básico del agua.
VdP. En la canción «Peligrosa» pretendéis hacer un alegato a la importancia de la representación de las mujeres en el mundo de la música y las dificultades que han tenido a lo largo de la historia ¿no? ¿Qué inspiró esta canción?
RKV. Nos inspiró, sobre todo, las vidas y documentales que hemos visto sobre mujeres. Por ejemplo, Aretha Franklin. Mujeres que, teniendo todas las dificultades del mundo, al final se hicieron un hueco, no sin llevar una vida difícil, pero que consiguieron hacerse un hueco y marcar un antes y un después en la historia de la música. Queríamos ponerle voz a esas mujeres que pese a las dificultades pudieron salir adelante.
Como anécdota, nos costó mucho encontrar a la persona que pudiera encajar bien en la voz de la chica que protagoniza la canción. Tuvimos que hacer varias pruebas y finalmente descartamos a dos personas antes, puesto que hasta que no estás en el estudio no sabes si la voz va a quedar bien o no. Finalmente, vino Judith, sin ensayar ni nada, pero le echó valor y encontramos a la peligrosa que estábamos buscando.
VdP. Vuestra última canción, «Antisistema», muestra un tono mucho más pesimista y desesperado que otras canciones. ¿Qué queríais que sintiera el público con esta canción? Hay una frase que expresa «cuánta mentira tras las siglas de la OTAN», ¿qué relación tiene con el contenido medioambiental de la canción?
RKV. La canción de «Antisistema» muestra efectivamente un tono mucho más pesimista ya que vamos hacia un punto de no-retorno. Si ya nos afectaba mucho este tema en 2018-2019 cuando sacamos el disco de «La Espiral» con la canción de «Qué Calor», imagínate cuatro años más tarde. Queríamos hacer sentir a la gente que todos somos partícipes.
Con respecto a la OTAN está claro, unos señores que se reúnen para mirar por intereses geopolíticos y por beneficios económicos que nada tienen que ver con los intereses que nos afectan a nosotros, al hombre de a pie, y al mundo. Se trata de un juego de poderes donde todos salimos perdiendo ya que no importamos ninguno ni importa el planeta, lo único que importa es mantener la geopolítica bien fija, que ningún país se ponga por encima de otro sin el consentimiento de una parte de los poderosos.
VdP. Me gustaría seguir preguntándoos por el contenido de todas vuestras canciones ya que todas tienen un mensaje reivindicativo que transmitir, como no puedo estar toda la tarde me limitaré a animar a los lectores a escuchar vuestra discografía. Pero antes de terminar, una última pregunta, ¿qué canción es la que creéis que más os representa y por qué?
RKV. Yo creo que «Pelotudos». Es una canción que nos define un poco a todos y lo que nos trajo a la música. Además, salió en un momento donde la banda estaba un poco en la cuerda floja, estábamos todos en un cambio de etapa, se iba gente de la banda por diversos motivos, sobre todo por laborales o de estudios, y perdíamos fuerza. En ese momento difícil, cuando quedábamos siete, nos motivó para hacer una canción donde intentásemos hablar de nosotros, de lo que nos ha llevado a esto, de lo que nos gusta irnos de concierto y vivir la música. Y así salió «Pelotudos». Y en el fondo creo que ayudó bastante sacar la canción en ese momento. Una canción que, además, cantábamos tres: la compuse yo, pero para que también cantaran Liborio y Loren. De esta manera hicimos una canción que pusiera un punto final a los conciertos y se convirtió en una de las canciones más importantes.
VdP. Muchas gracias por participar en esta entrevista que tiene el objeto de seguir animando a la gente a hacer y escuchar música reivindicativa y con un mensaje claro. La música también es una herramienta de cultura muy potente y vosotros estos años lo habéis demostrado. Esperamos que en un futuro volvamos a veros encima de los escenarios.
Referencias
[1] https://www.rokavieja.com/bio/