«El imperialismo es la época del capital financiero y de los monopolios, los cuales traen aparejada en todas partes la tendencia a la dominación y no a la libertad»
V.I. Lenin
La situación actual que estamos viviendo desde hace unos años posee unas características políticas, históricas y sociales que muchas generaciones nunca antes habíamos vivido. Por un lado, se hace mucho hincapié, y tiene una gran parte de importancia, en que los nacidos a partir del año 2000 no han vivido, siendo conscientes, ninguna huelga general [1] y quienes la vivimos, hemos encerrado en el recuerdo la experiencia que todo ello conlleva. Ligado a esto, el auge y la descomposición de grandes movimientos de masas en estas dos últimas décadas también han pasado factura a las organizaciones, sus militantes y a la clase obrera en general. Los aciertos y los errores, lo que pudo ser y no fue, lo que se vendió que podría ser pero nunca fue verdad.
El sentir general es de estar viviendo el periodo de reflujo de los movimientos sociales más largo de nuestras vidas. Derrota tras derrota se vaticinaba una crisis económica en 2021 con unas consecuencias para la clase obrera nefastas y ante la cual teníamos que admitir que no había movimiento social ni organización política preparada para hacer frente a lo que se nos venía encima. Y en esos quebraderos de cabeza, de desesperación e intentos de rearme político y organizativo, llegó la pandemia del COVID-19 y desbarató todos los planes. El miedo, el control, la incertidumbre y la precarización de la población inundaron nuestras vidas.
Mientras duraba la pandemia y el confinamiento, en esos años que parecía que cada día duraba un mes pero que, al mismo tiempo, todo pasaba demasiado deprisa, asistimos impávidos a una especie de grotesca representación teatral donde las noticias se sucedían ante nosotros como una película de terror en la que no puedes hacer más que sufrir mientras ves el colapso de la sanidad, la posibilidad de un desabastecimiento, la subida del precio del megavatio, las cifras de contagios, las cifras de fallecimientos, los repuntes, etc. Todo se sucedía en una vertiginosa espiral que cada vez nos ahogaba más.
Y ahora que parece que estamos saliendo de la época más surrealista de nuestras vidas, donde se escribieron canciones a la esperanza, nos llegan por todos los lados los batacazos de la crisis que ya se hubo anunciado de antemano: nuevos golpes en el desmantelamiento de los servicios públicos esenciales como la sanidad [2], la subida del precio de la vida, destacando el vertiginoso ascenso de alimentos tales como los huevos o el aceite, que supera con creces la subida general del precio del carrito de la compra [3]. Ni que decir del precio de la gasolina, batiendo récords históricos mientras que el Gobierno implanta medidas en absoluto eficientes con dinero público [4]. Todo esto sumergido en una ola de calor que nos hace sentir más cercano que nunca la destrucción del medio ambiente y del medio de vida.
Nos encontramos, pues, en una vorágine de malas noticias, de desconcierto y ansiedad ante una realidad que se mueve demasiado deprisa y que de ninguna manera parece que podemos controlar. Con el tejido social muy debilitado, con apenas algunos pequeños brotes verdes de luchas aisladas, con un individualismo y una apatía impuesta cada vez más agudizada por las propias circunstancias, de repente, y por si toda esta situación no era suficiente, llega la noticia de que Madrid sería la sede de la XXX Cumbre de la OTAN, una de las más importantes de las últimas décadas [5]. Si la cumbre fue anunciada el 8 de octubre de 2021, tan sólo unos meses después, el 24 de febrero de 2022, estalló, en una escalada de conflicto bélico desde el golpe de Euromaidan [6], la guerra entre Rusia y Ucrania.
Es en este punto en el que comienza la carrera por intentar estar a la altura de unas circunstancias que jamás habríamos imaginado tan difíciles: de repente abundan cientos de comunicados y análisis sobre la situación geopolítica actual; comienzan los debates, las difamaciones, las burlas, las afirmaciones categóricas. Se lanzan cuchillos de un lado a otro en un momento en el que todo pasa, de nuevo, demasiado deprisa. Al mismo tiempo, los mayores sacan del fondo del cajón sus desgastadas camisetas, sus recuerdos y los viejos eslóganes de «OTAN No, Bases Fuera». Quién lo iba a pensar a estas alturas, ¿verdad? Cuando menos nos lo esperábamos la farsa del referéndum vuelve a salir en reuniones y debates.
En medio de la precariedad, de las falsas noticias, de la manipulación mediática, del desasosiego y de la saturación mental a la que nos vemos sometidas, decidimos que era el momento de pararnos y reflexionar, volver a los clásicos, analizar la situación de manera concienzuda y tranquila. No ha sido fácil pues el sistema capitalista impone unos ritmos que difícilmente son conjugables con un análisis riguroso, profundo y medianamente objetivo de la situación actual. No obstante, decidimos que queríamos ser parte de ese grupo de militantes, de compañeros y compañeras, que están haciendo lo imposible por intentar estar a la altura del momento histórico que se nos ha echado encima.
De lo general a lo concreto: breves pinceladas sobre la teoría del imperialismo
Analizando la historia desde la raíz de su propia transformación, es decir, por los procesos de evolución en los diferentes sistemas productivos y los cambios políticos y sociales asociados a los mismos, es necesario comenzar hablando brevemente del paso desde la era del colonialismo hacia lo que conocemos como imperialismo, en términos generales. ¿Cómo el capitalismo intentó dar salida y gestionar sus propias tensiones y contradicciones internas conforme evolucionaba el propio sistema productivo?
Ya Lenin en 1906 comenzaba su obra apuntando como uno de los rasgos principales del capitalismo «el enorme crecimiento de la industria y la notable y rápida concentración de la producción en empresas de cada vez mayor tamaño»
¡Casi la mitad de la producción global de todas las empresas del país fue realizada por una centésima parte del total de empresas! Esas tres mil grandes empresas abarcan 258 ramas industriales, de lo que se deduce claramente que el proceso de concentración, al alcanzar determinado grado, conduce directamente al monopolio, ya que unas cuantas decenas de empresas gigantescas pueden fácilmente ponerse de acuerdo entre sí, y, por otro lado, la dificultad para competir y la tendencia al monopolio surgen precisamente del gran tamaño de las empresas. Esta transformación de la competencia en monopolio constituye uno de los fenómenos más importantes —por no decir el más importante— de la economía del capitalismo moderno, y es necesario que lo estudiemos con más detalle [7].
Si la fase colonialista, cronológicamente previa al imperialismo, en la etapa librecambista del capitalismo, se caracterizaba por el dominio militar sobre los territorios conquistados y la exportación de mercancías debido a los procesos de sobreacumulación del capital en las potencias a los que se daba salida en las colonias, en la época del imperialismo destacamos la dominación económica y política sobre los territorios del Sur Global y la exportación de capitales. Como diría Lenin, «el imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en que se ha implantado el dominio de los monopolios y del capital financiero, en que la exportación de capital ha adquirido gran relevancia, en que los trusts internacionales han empezado a repartirse el mundo y en que ha terminado el reparto del planeta entre las grandes potencias capitalistas» [7].
Por supuesto estos cambios no se dieron de manera abrupta, sino que hay todo un proceso y un desarrollo paulatino de las fuerzas productivas y de los mecanismos asociados a ellas, por ejemplo, a mitad del siglo XX el imperialismo todavía presentaba movimientos económicos semejantes a los que habían caracterizado al colonialismo, como el expolio de materias primas [8].
El colonialismo atravesó ambas fases del capitalismo. En la primera, fue útil para la exportación de las mercancías, contribuyendo a posponer hasta los años 70 del siglo XIX la primera crisis capitalista. Una de las consecuencias de la misma fue la primera subida exponencial de la concentración del capital, lo más ricos se hicieron aún más ricos. Es en esta época cuando los monopolios se vuelven un fenómeno dominante, conquistando en primer lugar el sector de las materias primas.
En ese momento la exportación de capitales empieza a ganar terreno frente a la exportación de mercancías. Controlar no sólo toda la cadena de producción, sino también la distribución proporcionaba mayores beneficios que el simple comercio —aún siendo éste desigual entre capitalistas occidentales y los de los países colonizados—. Como fruto de la fusión del capital bancario y el capital industrial, empieza a proliferar el capital financiero. Dividendos, acciones, cupones, etc., proporcionaban beneficios porcentuales. A mayor inversión, mayor beneficio. Este es otro factor que inevitablemente agudizaba la desigualdad global. Todo ese proceso fue todo un cambio de paradigma que, a día de hoy, esencialmente sigue siendo el mismo.
Ya hemos nombrado anteriormente que el imperialismo no es más que la manera externa en el que el sistema capitalista intenta dar respuesta y solución a sus propias contradicciones y tensiones internas. El imperialismo nació como desarrollo de las propias características fundamentales del capitalismo pero no llegó a ser imperialismo hasta que estas no alcanzaron su máximo desarrollo y algunos de sus rasgos no llegaron a convertirse en su contrario. De esta manera, desde la perspectiva económica, lo fundamental de este proceso fue la sustitución del dominio de la libre competencia por el dominio del monopolio capitalista.
En todo este proceso fue precisamente la competencia entre empresas lo que desarrolló una de las contradicciones principales a la que el imperialismo intenta dar salida: el aumento del capital constante hacía disminuir la tasa de ganancia. Representándolo a través de las fórmulas clásicas de economía política se puede observar que cuando aumenta el capital constante la fracción tiende a reducirse, lo que sólo puede contrarrestarse con el aumento de la plusvalía.
Para revertir esta caída de la tasa de ganancia, el imperialismo representa un nuevo paradigma en la producción/realización de la plusvalía: los países imperialistas exportan capitales a los países del Sur Global (deslocalización) donde tanto las materias primas (capital constante) como los salarios (capital variable) son más baratos y estos países exportan luego las mercancías a los países imperialistas donde se produce la realización de la plusvalía para su acumulación en Occidente. En las últimas décadas, los monopolios han dejado de poseer fábricas propias en estos países y se subcontratan totalmente a los procesos de producción física de mercancías a las empresas nacionales de los países imperializados.
Este es el esquema de las cadenas de valor donde los países del Sur Global son totalmente necesarios y han sido perfectamente insertados no siendo una competencia para los países imperialistas sino la base de sus super-beneficios [8].
Mientras el capitalismo siga siendo capitalismo, el excedente de capital no se utilizará para elevar el nivel de vida de las masas del país, ya que esto significaría la disminución de los beneficios de los capitalistas, sino para aumentar estos beneficios mediante la exportación de capital a los países atrasados del extranjero. En estos países atrasados los beneficios suelen ser altos, dado que el capital es escaso, el precio de la tierra es relativamente pequeño, los salarios son bajos y las materias primas son baratas [7].
La parasitación por parte de los países imperialistas afecta a todas las clases sociales que conforman su propia población, no sólo la clase dominante se ha convertido en una clase de «super-empresarios» con «super-beneficios», sino que la propia clase obrera nacional puede pelear y adquirir unas condiciones laborales y vitales que son imposibles en los países en el Sur Global, hecho que, en parte, maquilla las estadísticas de desigualdad que suelen manejar los economistas liberales. De esta manera ha surgido el fenómeno de la aristocracia obrera, una categoría privilegiada dentro de los obreros que se separa de la gran masa de proletarios. Pues aunque la base económica es la cuestión fundamental y necesaria para comprender todo, pero estos procesos conllevan una serie de consecuencias políticas y sociales muy características de cada lugar y momento histórico.
La OTAN, de aquellos fangos estos lodos
Una de las múltiples bondades que nos trajo el imperialismo fue el fascismo, fenómeno inconcebible sin la dominación del capital financiero. Fue un arma forjada por los imperialistas para combatir al movimiento obrero, primero, y a otros rivales capitalistas después. El nazi-fascismo perdió su gran batalla en la Segunda Guerra Mundial, pero no murió porque no se acabó con el imperialismo que lo engendra. Las potencias capitalistas que lucharon en el bando de los Aliados no tardaron mucho tiempo en tolerar y promover las políticas más reaccionarias por todo el globo.
Uno de los ejemplos más claros lo tenemos aquí. Tras la Segunda Guerra Mundial España quedó marginada dentro de la zona de la influencia de las democracia liberales. Sin embargo, aquella situación no duró mucho tiempo, ya que el nuevo panorama político en el contexto de rivalidad entre dos sistemas económicos —imperialista y socialista— le permitió al régimen de Franco normalizar sus relaciones con la potencia capitalista hegemónica, Estados Unidos, tras la visita del presidente Eisenhower en el año 1959. Aún quedaba un tiempo hasta el ingreso en la Comunidad Económica Europea (posteriormente, la Unión Europea) y la OTAN, pero las potencias capitalistas ya no tenían ningún reparo en relacionarse con el régimen fascista, perpetuándolo en el poder y cerrando los ojos la represión y la falta de unos mínimos derechos democráticos que sufría el pueblo del Estado español. A partir de ahí, el país quedaba cada vez más enganchado a la órbita yanqui en los ámbitos militar, económico y político.
La OTAN tiene su semilla en 1945 cuando, bajo el nombre de «Operación Unthinkable», se creó para, en las propias palabras del presidente Churchill, «imponer a la URSS la voluntad de EEUU y del Imperio Británico». Posteriormente, será en 1949 cuando nacerá como tal la organización, el brazo armado del imperialismo.
La entrada de España en la OTAN es una de las historias vertebradoras de nuestro país, cualquier persona de izquierdas que viviera aquél momento tiene su historia que contar. El 25 de febrero de 1981, siendo presidente Calvo Sotelo (Unión de Centro Democrático), se empiezan los trámites para la entrada, no obstante, las conversaciones se habían iniciado en 1980, cuando todavía gobernaba Adolfo Suárez. Según una encuesta de El País en aquél momento, sólo el 18% de la población estaba a favor de que España formara parte de la estructura militar. El 52% se admitía abiertamente en contra y un 30% no quería contestar o no sabía qué decir. Con estas cifras, sin embargo, el 30 de mayo de 1982 nos convertiríamos en el país miembro número dieciséis.
En ese mismo año y con promesas de celebrar un referéndum que sacaría a España de la OTAN, Felipe González del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ganó las elecciones. En 1986, en un referéndum que tardó mucho más de lo esperado y que estuvo cargado de irregularidades —formulado, además, de manera en que la OTAN no se nombraba en ningún momento—, la población española aprobó su permanencia. Del viraje orquestado del PSOE, del salto de «OTAN de entrada, no» al «en interés de España, vota sí», del Gobierno socialista de aquél momento hemos llegado al Gobierno progresista actual que se ofrece como buen lacayo, servidor y parte del terrorismo internacional.
¿Qué consecuencias tiene pertenecer a la OTAN?
Estos últimos meses, en el marco de la lucha contra la Cumbre de la OTAN, se han esgrimido muchos argumentos en contra de la permanencia del Estado español en esta alianza imperialista. El condicionamiento de la política exterior, así como el control sobre los presupuestos del país han sido de los más sonados. España pertenece al bloque de las principales potencias imperialistas, pero no es el «matón» más grande, sino más bien alguien que se dedica a reírle las gracias y, por supuesto, a cumplir con lo que diga el jefe. Si este dice de comprarle armas obsoletas y, en general, llevar a cabo todo tipo de políticas contrarias a los intereses de la población, pues se hace y punto. Quién sabe cuántas vidas nos ha costado el hecho de pertenecer a este selecto club, pero no sólo son las bajas militares, no sólo son las víctimas del 11M que no podemos olvidar. También son los muertos evitables por la desatención médica causada por falta de presupuesto en sanidad. Las armas que compramos y fabricamos para matar en el extranjero, de manera más o menos directa también matan aquí.
Entonces, ¿qué saca el Estado español de todo esto? Evidentemente una posición relativamente privilegiada en el mundo, aunque el nuevo reparto que se está ejecutando en estos momentos puede hacer peligrar esa posición, pues el futuro es incierto. Sin embargo, la oligarquía financiera española sigue jugando sus cartas, saqueando a los países dominados por la OTAN mediante exportación de capitales y reglas de comercio injustas. Sin ir más lejos, la multinacional española Indra, una de las tres empresas españolas que se encuentran entre las 100 mayores compañías mundiales del sector de defensa y seguridad, equipará el centro de operaciones aéreas de la OTAN en Alemania con un sistema de gestión de comunicaciones digitales de vanguardia [9] con los consecuentes beneficios asociados.
No obstante, en este mundo no sólo son importantes las ganancias económicas directas, sino que también cautivan los intereses personales y políticos. Ser parte y actor en los movimientos del bloque imperialista llevó a personalidades como Luis de Guindos, ministro de economía durante el gobierno de Mariano Rajoy, a ascender nada menos que a Vicepresidente del Banco Central Europeo tras estafarnos con el famoso «rescate a la banca» que todos recordamos. Así también ocurrió con Josep Borrell (PSOE), que ocupa el cargo de alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y es vicepresidente de la Comisión Europea, o Javier Solana, ex-Secretario General de la OTAN (1995-1999). Estos son sólo algunos ejemplos de cómo el capital premia a sus mejores gestores.
Y entre todo este desconcierto, ¿qué hacer?
Es en momentos difíciles donde precisamente se agudizan las contradicciones y, en ocasiones, resulta más claro cual es el camino a seguir. No obstante, en la realidad que vivimos no todo es tan fácil: el constante bombardeo de los medios de comunicación, la confusión teórica e ideológica, el espontaneísmo, etc., son factores que juegan en nuestra contra a la hora de analizar la situación concreta que nos atañe. Todo esto sumado a las circunstancias especiales y específicas con las que comenzábamos el artículo.
Cada contradicción debe abordarse desde un punto de vista político y organizativo completamente específico, es por eso que antes de lanzarnos a la resolución de cualquier nueva situación, es necesario analizar de manera concienzuda el momento actual que estamos viviendo, la correlación de fuerzas y si ha habido un desplazamiento de la que era la contradicción principal en el proceso de desarrollo de esta situación.
Lenin dice que el análisis concreto de la situación concreta es lo «más esencial del marxismo, el alma viva del marxismo». Muchos de nuestros camaradas, poco acostumbrados a pensar en forma analítica, no quieren analizar y estudiar repetida y profundamente las cosas complejas, sino que prefieren formular conclusiones simplistas que son absolutamente afirmativas o absolutamente negativas [10].
Es, pues, el «análisis concreto de la situación concreta» lo que nos permite identificar la contradicción principal en cada proceso en desarrollo para poder abordar la situación de la manera más eficiente posible y vislumbrar, de esta manera, cual es la tarea prioritaria y cuáles son más secundarias.
Después de todo lo desarrollado en este artículo queda clara la caracterización por nuestra parte del Estado español como un Estado que forma parte del bloque imperialista de la Unión Europea con sus consecuentes resultados. Es por ello que, desde Viendo del Pueblo, hemos considerado como necesidad principal la lucha contra la Cumbre de la OTAN dentro de nuestro territorio. Al mismo tiempo, remarcamos la importancia de utilizar este hecho histórico para redirigir el conflicto existente contra nuestras clases dominantes con el fin de debilitar su propaganda como gesto de solidaridad con los países que sufren la dominación imperialista y cómo única manera real actualmente de concentrar las fuerzas existentes contra un enemigo que nos es cercano y al que podemos señalar de manera clara.
Pese a que es evidente que la correlación de fuerzas en el momento actual no nos es favorable, la realidad nos muestra que nuestra unión y nuestra lucha sigue asustando a las capas dirigentes que han intentado por todos los medios criminalizar las movilizaciones organizadas en todo el Estado español no dudando en tacharnos ante la sociedad como un enemigo al que combatir [11], llegando incluso a prohibir algunas de las movilizaciones [12]. Al mismo tiempo, la cantidad de dinero gastada en el dispositivo de seguridad tanto para la manifestación del 26 como para los días de la Cumbre, no tiene precedentes: las Fuerzas Armadas patrullarán el cielo de la capital española con helicópteros NH90, mientras que casi diez mil agentes estarán preparados para actuar en tierra. En total, unos treinta y cinco mil efectivos actuarán como garantes de este encuentro criminal [13]. Pese a ello, las organizaciones no se han dejado amedrantar [14].
En vista de todo lo analizado, no le deseamos otra cosa a los dirigentes y la oligarquía de nuestro país que derrotas y fracasos en el nuevo reparto del mundo que han puesto en marcha.
Mafalda Libertad y Vera Zasúlich
Bibliografía
[1] Cinco años después de la última gran huelga general. Elsaltodiario.com: https://www.elsaltodiario.com/14n/cinco-anos-despues-de-ultima-gran-huelga
[2] La privatización de la sanidad sigue gozando de buena salud (por desgracia). Casestatal.org: https://www.casestatal.org/es/2022/06/la-privatizacion-de-la-sanidad-sigue-gozando-de-buena-salud-por-desgracia/
[3] Inflación en mayo al 8,7%: el aceite sube un 44% en un año y los huevos un 25%. Elsaltodiario.com: https://www.elsaltodiario.com/inflacion/inflacion-mayo-87percent-aceite-sube-44percent-huevos-25percent
[4] El precio de la gasolina bate un nuevo récord por segunda semana consecutiva. Elmundo.es: https://www.elmundo.es/economia/ahorro-y-consumo/2022/06/16/62aae9d6e4d4d8e4768b457c.html
[5] Albares afirma que la cumbre de la OTAN en Madrid será «histórica». Efe.com: https://www.efe.com/efe/espana/politica/albares-afirma-que-la-cumbre-de-otan-en-madrid-sera-historica/10002-4806502
[6] Rusia, Ucrania y la desmemoria. Iniciativacomunista.org: https://iniciativacomunista.org/2022/02/25/rusia-ucrania-y-la-desmemoria/
[7] El imperialismo, fase superior del capitalismo. V.I. Lenin.
[8] Línea Roja 4: Imperialismo Moderno. Iniciativa Comunista.
[9] Indra equipará el centro de operaciones aéreas de la OTAN en Alemania con un sistema de gestión de comunicaciones digitales de vanguardia. Indracompany.com: https://www.indracompany.com/es/noticia/indra-equipara-centro-operaciones-aereas-otan-alemania-gestion-comunicaciones-digitales
[10] Nuestro estudio y la situación actual. Mao Tse-Tung.
[11] Un radical con antecedentes es el convocante de la manifestación anti-OTAN que apoya IU. Elconfidencial.com: https://www.elconfidencial.com/espana/2022-06-20/radical-antecedentes-convocantes-anti-otan-iu_3444735/
[12] La delegación del Gobierno prohíbe una manifestación anti-OTAN por «motivos de seguridad». Abc.es: https://www.abc.es/espana/madrid/abci-delegacion-gobierno-prohibe-manifestacion-anti-otan-motivos-seguridad-202206231927_noticia.html
[13] Así será el dispositivo de seguridad que habrá en Madrid por la cumbre de la OTAN. Abc.es: https://www.abc.es/espana/madrid/abci-asi-sera-dispositivo-seguridad-madrid-cumbre-otan-nsv-202206241652_noticia.html
[14] Crónica de la manifestación contra la OTAN en Madrid. Vientodelpueblo.net: https://vientodelpueblo.net/cronica-de-la-manifestacion-contra-la-otan-en-madrid/